Es otra de las plantas aromáticas rica en fitoestrógenos, por lo que puede ser tu aliada para tratar esos síntomas tan incomodos. La salvia posee propiedades antiespasmódicas y vasodilatadoras que ayudan a regular la temperatura corporal y reducir la intensidad y frecuencia de los sofocos.

Además, la salvia la podemos destacar por dos beneficios fundamentales. La primera son sus propiedades neuroprotectoras que nos ayudan a mejorar la memoria y la concentración. Por último, destaca por su poder antiinflamatorio que nos puede ayudar a tratar la inflamación crónica del cuerpo.

El aceite esencial de bergamota tiene propiedades centradas en ayudarnos con problemas de digestión tipo estreñimiento, digestiones pesadas, etc. También destaca por su aroma cítrico y refrescante que nos ayuda a levantar nuestro estado de ánimo si está bajo e incluso si sentimos una fatiga a la que no le podemos poner explicación.

El ciprés tiene propiedades venotónicas que ayudan a mejorar la circulación sanguínea y linfática. Lo que la hace perfecta si estás sufriendo retención de líquidos a nivel linfático. En concreto nos puede ayudar a reducir la hinchazón, la varicosidad y las hemorroides.

Con el climaterio, nuestro ciclo menstrual también se ve afectado y con ello pueden aparecen síntomas del síndrome premenstrual. Esto es causado por el desequilibrio hormonal y este aceite puede ayudarnos mucho a tratar estos síntomas.

En el caso de que sientas que la energía de tu cuerpo te ha abandonado por completo, el aroma fresco de la menta te ayudará a combatir la fatiga y activando tu concentración en un instante. Con propiedades refrescantes y vasoconstrictoras ayuda (y mucho) a reducir la intensidad y frecuencia de los sofocos.

Este es el aceite esencial perfecto para tener en el trabajo o en sitios donde necesites mucha concentración pues de ayudará mucho a poner el foco en aquello que necesites.

En el caso de que los problemas digestivos sean los que más notes que te están afectando, puedes utilizar el aceite esencial de hinojo para ayudar a tu cuerpo a mejorar su digestión y a reducir la hinchazón, los gases y el estreñimiento.

También puede ayudarnos a mejorar nuestra calidad del sueño gracias a su efecto calmante, mejorando nuestro descanso. Además, al igual que Ylang Ylang, nos despertará ese deseo sexual que creíamos perdidos.

Al igual que la menta, su aroma refrescante lo hace perfecto para mejorar tu concentración y aumentar tu energía. Perfecto para los sofocos, para aliviarlos instantemente gracias a esa sensación de frescor.

Dolores musculares o tensiones localizadas, con un paño con unas gotitas nos dará sensación de frío y nos aliviará. Por último, El eucalipto es rico en antioxidantes y antimicrobianos que ayudan a fortalecer el sistema inmunológico y proteger al cuerpo de enfermedades.

Como ves, con pequeños gestos podemos incluir los aceites esenciales a nuestra rutina de una forma fácil y sin que nos suponga una carga mental más. Ahora bien, es necesario que tomemos ciertas precauciones y siempre lo hagamos de mano de un especialista, que en este caso es un naturópata. Algunas de las precauciones que debemos de tener en cuenta:

• Antes de utilizar cualquier aceite esencial debemos de realizar una prueba de sensibilidad, donde debemos de aplicar una pequeña cantidad de la mezcla diluida en una nuestra piel y observar si nos produce algún tipo de reacción. Esto no es porque sea malo o pueda hacernos daño. Es porque al estar hecho de plantas, puede ser que nuestro cuerpo sea alérgico a alguna de ellas y no lo sepamos.

• Evitar el contacto con los ojos, oídos y mucosas.

• Mantener fuera del alcance de los niños y las mascotas.

• Almacenarlas en un lugar fresco, oscuro y fuera del alcance de la luz solar directa.

• Utilizar solo aceites esenciales puros y de alta calidad. Este punto es muy importante. En el mercado existen muchos aceites esenciales, pero debemos de tener cuidado y comprar solo aceites esenciales puros de alta calidad y si podemos, ecológicos.