Los garbanzos como buena legumbre que son, destacan por sus fitoestrógenos. Presente en muchos alimentos de origen vegetal, estos nos socorren en la menopausia porque dan a nuestro cuerpo “estrógenos”. El hecho de aumentar un poco esos niveles de estrógenos, nos ayudan sobre todo con síntomas como los sofocos. Son un compuesto seguro para la mayoría de mujeres, pero si tienes alguna condición médica especial, siempre debes de consultar con tu médico cuál es la mejor opción para ti.

Uno de los grandes beneficios que tiene el consumo de fibra durante la menopausia es que esta ayuda mucho a prevenir los picos de azúcar en sangre. Si no sabes de qué te estamos hablando, te resumimos rápido. Con la bajada de los estrógenos nos volvemos más sensibles a la segregación de insulina como respuesta al azúcar en sangre, por lo que debemos de tener especial cuidado con lo que comemos. Con la fibra lo que conseguimos es que los hidratos de carbono se absorban de forma más lenta y progresiva, evitando así esos picos de azúcar. El peligro de estos es el desarrollo de resistencia a la insulina, que si no los cuidamos adecuadamente podemos llegar a desarrollar diabetes tipo II.

Los garbanzos también son ricos en fibra insoluble, esta fibra nos ayuda a aumentar el tamaño de nuestras heces y por ende a que estas se muevan mejor por nuestros intestinos. Tener un buen tracto intestinal nos ayuda a primero, tener una microbiota más sana y segundo, a eliminar toxinas de nuestro cuerpo a tiempo.